Eso es lo que pasa cuando se vive en un país como el nuestro, donde casi cada actuación de nuestros funcionarios públicos y legisladores dan lugar a un comentario.
Si dedicara un "post" a cada actuación singular de estos singulares ciudadanos, los amables lectores ya habrían ejercido el sagrado derecho de no leerme más.
Es siempre más de lo mismo.
Es verdad que a veces son muy creativos y se superan a ellos mismos (caso de la aprobación del presupuesto para el año 2012).
Pero la mayoría de las veces es un meter de patas contínuo, reiterativo, sin más propósito que hacerse notar y que aquellos que votaron por ellos (en el caso de los legisladores) se arrepientan cada día más de haber cometido semejante atrocidad.
También es verdad que para que vuelvan a ser legisladores hay que volver a votar por ellos.
Han sido tantas las críticas que el buen juicio indicaría que "jamás de los jamases" volverán a sentarse en esos lugares desde donde pretenden jugar el rol de legisladores.
A mí, en lo particular, me tienen bien "jarta"...